lunes, 21 de julio de 2008

Los nuevos desafíos


La derrota en el Senado del proyecto de ley oficial en relación a las retenciones móviles crea una nueva escena política con nuevos desafíos e interrogantes.
Es importante, entonces, que las definiciones empiecen por lo principal: ¿estamos a favor de que el Estado intervenga para establecer equilibrios y controles en la economía a favor de la redistribución de la riqueza y la protección del alimento de los argentinos o debe dejarse la distribución en manos del mercado y que el Estado se ocupe de garantizar “seguridad jurídica” a la inversión?
Este interrogante suele ser soslayado u opacado en favor de cuestiones que conciernen a las formas y a los estilos de hacer política. El hecho es que detrás de las apelaciones a la “gran oportunidad” que tiene el país y a las exhortaciones a “dejar en paz” a los productores agrarios para que abastezcan al mundo de alimentos, está el clásico argumento neoliberal. El hoy reaparecido ex presidente Duhalde lo decía con mucha claridad en los años noventa: para los ricos el mercado, para los pobres el Estado: concentración de la riqueza y estado asistencial para proteger a los perdedores.
Con todos los problemas y las falencias que deben ser discutidos, el gobierno encaró una medida con un innegable sentido distribucionista y equilibrador de los mercados. Tuvo que enfrentar una reacción violenta que no dudó en cortar rutas, provocar el derramamiento de leche en cantidades gigantescas, desabastecer de alimentos a la población y agredir a diputados y a sus familias. Son métodos absolutamente reñidos con la democracia y la tolerancia, no siempre oportunamente rechazados por muchos comunicadores y analistas políticos.
El hecho es que el proyecto fue derrotado. Cuando suceden las frustraciones, es esencial extraer de ellas las conclusiones más justas. Es evidente que la arquitectura política de la coalición que gobierna el país es insuficiente; finalmente fue un miembro principal de esa coalición el que definió la votación en contra del gobierno, decisión absolutamente reñida con el espíritu de la constitución que le asigna el voto de desempate con el obvio sentido de que éste se incline hacia la posición del gobierno al que pertenece. Pero el hecho es que la decisión de Cobos señala la fisura de la coalición que sostuvo hasta aquí al gobierno.
Es necesario persistir en el proyecto que enunció la presidenta durante la campaña electoral. En el horizonte de una matriz productiva diversificada y con inclusión social, en el fortalecimiento de la calidad institucional y en una profunda transformación cultural de nuestra sociedad. Hoy hay muchos hombres y mujeres, muchos sectores sociales y políticos que, creyendo en esas metas, muestran disconformidad con el actual estado de cosas. Es difícil, comprender cómo gente que se considera de izquierda, ha decidido compartir tribuna con quienes tienen en la defensa de sus superganancias el único sentido de su actividad pública y termina compartiendo el sentido del voto con el senador Carlos Menem.
Estamos obligados a reflexionar por qué una medida redistributiva y de justicia social no tuvo ni en la política ni en la sociedad el respaldo mayoritario que cabía esperar. La reflexión tiene que ser serena, sin apresurados pases de factura ni dramatizaciones que puedan llevar a complicar más la situación.
Queda un largo período de gobierno para Cristina Kirchner. Es posible pararse sobre los logros alcanzados en los primeros años de este proceso para reencauzar la gestión. Eso será posible con un mensaje más plural y generoso que nunca. Con una admisión de errores y dificultades. Con un reconocimiento de que la transformación social y cultural nunca es una tarea fácil ni lineal. Y que gran parte del éxito de la empresa está en lo que Cristina llamó la batalla cultural. Es necesario ganar el corazón de una mayoría de argentinos a favor de un horizonte de país productivo, inclusivo. De un país que respete y valorice la producción del campo y que la coloque a favor de un proceso de desarrollo diversificado y competitivo, de un país sin pobreza y crecientemente igualitario.

* Vesión completa de la nota de opinión de Eduardo Sigal (Presidente del Frente Grande) publicada por Miradas al Sur el 20 de julio de 2008 en página 7.

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