lunes, 27 de agosto de 2012

La Reforma Constitucional, en Perfil

La Constitución "Nac & Pop" que impulsa el Gobierno ya toma forma El boceto que realiza el Movimiento por una Constitución Emancipadora cambia la ecuación impositiva, obliga al Estado a dar viviendas y modifica recursos naturales. Por Mariano Confalonieri 26/08/12 - 03:52 Antes de la lipotimia. Cristina, saliendo del Sheraton, en la última actividad antes de que sufriera una baja de presión. Reapareció el viernes, en la Casa Rosada. Notas Relacionadas Carta Abierta apoya Esconde el Gobierno un grave caso de estrés de la Presidenta La reforma constitucional no es sólo una expresión de deseos del kirchnerismo. Un grupo de intelectuales y dirigentes oficialistas trabaja desde hace dos meses para convertirla en una realidad. El miércoles se cumplieron 18 años de la enmienda de 1994. Contra esa modificación quiere apuntar la Casa Rosada. Busca introducir un cambio ideológico estructural. “La reforma de 1994 se concibió bajo la tutela del consenso de Whashington y del neoliberalismo”, explican los asesores del Movimiento por una Constitución Emancipadora. La intención es que el “modelo nacional y popular” quede plasmado en la nueva Carta Magna para que, según lo que piensa el oficialismo, no se pueda retroceder en algunos derechos adquiridos, como la Asignación Universal por Hijo (AUH). “En esta Constitución prima la idea de un Estado mínimo y un mercado máximo”, analiza Eduardo Sigal, dirigente del Frente Grande y miembro del Movimiento que impulsa la reforma. Raúl Gustavo Ferreyra es profesor titular de Derecho Constitucional y no integra el proyecto pero es un hombre de consulta permanente para el kirchnerismo. En diálogo con PERFIL, dio otro argumento para la reforma: “Todos los que nacieron del ’76 para adelante no pudieron votar su propia Constitución”. Eduardo Barcesat, otro constitucionalista reconocido, explicó que es una necesidad modificar la Carta Magna para incluir –por ejemplo– la integración regional, algo que hace un siglo ni siquiera estaba en carpeta. Los tres coinciden en que es momento de hacer otra enmienda. Las diferencias llegan a la hora de debatir si se incluye la reelección indefinida o un sistema parlamentario de gobierno. Ferreyra aboga por el sistema parlamentario. Barcesat, en cambio, por la no limitación para elegir al titular del Poder Ejecutivo. “Eso no quiere decir que quiera un tercer mandato de Cristina. Pero el Poder Judicial es vitalicio, el Legislativo no tiene límites, no veo por qué el Ejecutivo sí debe tenerlos”. Todos dicen querer reducir el “hiperpresidencialismo”, plasmado en los artículos 76 y 99 inciso 3 de la Constitución. En el primero se establecen “excepciones” para que el Ejecutivo pueda legislar. En el segundo, se le otorga al gobierno la facultad de dictar decretos de necesidad y urgencia (DNU), saltando por encima del Congreso. “Hay que desconcentrar las atribuciones del Poder Ejecutivo y devolvérselas al Congreso”, manifiesta Ferreyra. “El presidente no puede legislar”, enseña. El oficialismo quiere meter cambios en el sistema político y el tributario, además de alterar la tutela de los recursos naturales. En el artículo 124, la actual Constitución establece que corresponde a las provincias el dominio de los recursos naturales. Para los especialistas, esos recursos deben ser federales porque, de lo contrario, “existen provincias ricas (las que tienen petróleo) y provincias pobres”. La Constitución actual sólo hace una referencia superficial sobre los impuestos: “La igualdad será la base de los impuestos y las cargas públicas”. “Hoy, en la Argentina, la recaudación es 80% por gravar el consumo y 20% por gravar la riqueza. Ese esquema debe invertirse”, dice Barcesat. Ferreyra opina, además, que tiene que quedar explícito en el artículo porque, de lo contrario, queda a la libre interpretación de los gobernantes. Ferreyra tiene dudas sobre la creación de un tribunal constitucional. “Está bien que haya un tribunal que se dedique a analizar la inconstitucionalidad de una ley, pero los jueces no tienen que perder tampoco esa posibilidad”, manifiesta. La idea original corresponde a Eugenio Zaffaroni y apunta a evitar que todo lo que pasa en el país llegue a la Corte Suprema. Barcesat añade que todavía falta trabajar sobre las posibilidades para los más desposeídos y que, por eso, debe cambiarse el artículo 14 bis de la Constitución, estableciendo obligaciones concretas por parte del Estado.

Sobre la reforma constitucional, en la prensa brasileña

Avança na Argentina tese de nova reeleição de Cristina Por César Felício | De Buenos Aires De forma cautelosa, os aliados da presidente argentina, Cristina Kirchner, começam a preparar o terreno para a nova reeleição da dirigente em 2015, hipótese hoje vedada pela Constituição. A estratégia passa por tirar o caráter personalista da alteração constitucional. Nos últimos dias, governadores que buscam o mesmo direito em nível regional, como o de Neuquén, Jorge Sapag; e o de Mendoza, Francisco Pérez, propuseram a mudança. Desde maio, as correntes mais radicais do kirchnerismo estão percorrendo o país promovendo conferências que pedem uma reforma constitucional ampla. A presidente mantém silêncio sobre o tema. A Constituição argentina é de 1853 e foi reformada pela última vez em 1994. Para mudar a Carta é preciso convocar, com dois terços dos votos da Câmara e do Senado, uma assembleia constituinte exclusiva. Quando conseguiu mudar as regras para buscar a reeleição, o então presidente Carlos Menem fez um acordo com o principal líder oposicionista da época, o ex-presidente Raúl Alfonsín, conhecido como "pacto de Olivos". A reeleição passou a ser permitida para um mandato. A presidente conta hoje com 135 dos 257 votos da Câmara e 38 dos 72 votos do Senado. Precisa manter a sua base e eleger mais 37 deputados e dez senadores nas eleições parlamentares do próximo ano. Seria uma missão quase impossível se a renovação no ano que vem fosse total. Mas estarão em jogo os mandatos obtidos em 2009, ocasião em que a oposição ganhou 87 das suas atuais 122 vagas de deputados. No Senado, 28 das 36 cadeiras em disputa pertencem a oposicionistas ou independentes. Apenas seis senadores não alinhados à Casa Rosada estão dispensados de renovar o mandato no próximo ano. Cristina teve 54% dos votos para se reeleger no ano passado e, mesmo com a popularidade em queda, mantém um índice de aprovação entre 40% e 45%. O cenário econômico no próximo ano é de uma relativa retomada de crescimento. "Não é uma loucura pensarmos em obter algo como 45% dos votos no próximo ano", comenta o dirigente Eduardo Sigal, do Partido Frente Grande, uma das alas do kirchnerismo, que conta como membro mais destacado a ministra da Segurança, Nilda Garré. Sigal está entre os organizadores de uma caravana que percorre a Argentina sugerindo uma reforma constitucional ampla, tratando desde temas ambientais até a relação federativa. "É necessário estabelecer denominadores comuns com setores que estão fora do âmbito do governo. Uma redução a um projeto de hegemonia vai aglutinar o lado contrário", afirmou. A Frente Grande organiza conferências junto com o Partido Miles, ligado aos grupos de piqueteiros (movimentos sociais que promovem bloqueios de rodovias e ruas como forma de protesto). Também participam a central sindical oficialista CTA e correntes do peronismo, como o Movimento Evita. A ofensiva dos governadores é debilitada porque a proposta ainda não tem adesão das maiores Províncias (Estados). Os governadores de Santa Fé e Corrientes são da oposição. O governador de Córdoba, José Manuel de la Sota, está em confronto com Cristina por não obter socorro econômico para pagar aposentadorias. E o da Província de Buenos Aires, Daniel Scioli, é um potencial presidenciável em 2015. Uma razão para a cautela dos apoiadores da re-reeleição são as pesquisas. Embora Cristina mantenha níveis altos de popularidade, a rejeição à ideia da recondução é enorme. Em uma pesquisa nacional de opinião encerrada em 10 de agosto, o instituto Poliarquia constatou que 67% dos pesquisados desaprovam um novo mandato para Cristina. Mesmo entre os 42% de entrevistados que classificam seu governo de bom e ótimo, a rejeição a uma nova eleição chega a 50%. "Os resultados são muito eloquentes, mas é preciso ressalvar que o governo ainda não está fazendo nenhum esforço de comunicação para atenuar este quadro. Uma ação de Cristina pode tornar o tema mais palatável", afirmou o diretor do instituto, Sérgio Berensztein. Entre os oposicionistas, a estratégia que se desenha é procurar antecipar o debate eleitoral para tentar resistir à ofensiva governista. Não se aposta na repetição em 2013 do quadro favorável que a oposição teve há três anos, quando Cristina estava fragilizada por uma recessão econômica e pelo desgaste de sua derrota parlamentar ao tentar aumentar impostos para o setor rural. "Devemos fazer agora o que nos faltou logo depois de 2009, que é apontar ao eleitorado alternativas claras de poder", disse a deputada Alicia Ciciliani, do Partido Socialista. Alicia foi a coordenadora da campanha presidencial do ex-governador de Santa Fé Hermes Binner, que ficou em segundo lugar com 17% do total em 2011.

martes, 7 de agosto de 2012

Siguiendo con Mujica

El 9 de julio, en el diario Pagina 12, publiqué una columna de opinión que bajo el titulo “Los Desafíos de Mujica” ponía en duda si estábamos pensando lo mismo sobre como repensar el Mercosur para ponerlo de cara a los desafíos del Siglo XXI. Días atrás, leí en el semanario Búsqueda de Uruguay que el presidente Mujica informó que le planteó a la Cancillería "la revisión de todos los documentos" como el Tratado de Ouro Preto y el de Asunción, entre otros, para "ponerlos arriba de la mesa" del bloque "porque fue hecho en un momento histórico y debe haber cosas que sirven y otras que no". Decididamente digo ahora que comparto la opinión del Presidente Uruguayo. Si queremos avanzar en materia de integración debemos romper los corsé pre existentes de la hegemonía neoliberal de la década del 90 del siglo pasado. Valorar y capitalizar lo hecho, no tirar nada por la borda pero sabiendo que tenemos nuevos desafíos. Mejorar nuestro intercambio comercial aun más, y digo aun mas ya que en estos 21 años de Mercosur hemos sido capaces de multiplicar por 12 nuestro comercio, pasando de U$S 4.000 millones de 1991 a mas de U$S 50.000 millones en 2011, siendo un comercio con alto valor agregado, ya que lo fundamental son manufacturas de origen industrial o agropecuaria, habiéndose desarrollado una enorme complementariedad en nuestros procesos productivos, particularmente entre Brasil y Argentina que deberemos seguir profundizando, me refiero particularmente al sector automotor pero también a otros. Dijimos coincidiendo con Mujica que no queremos un Mercosur Fenicio, pero también tenemos que tener claro que el comercio es un motor fundamental para nuestro desarrollo y para lograr inclusión social si lo pensamos desde el valor agregado de los procesos productivos y no como en los 90 desde la primarización de nuestra producción y comercio. Dicho esto me surgen nuevas dudas cuando Mujica dice que debemos pensar en la integración sudamericana haciendo confluir Mercosur con Unasur. No tengo ninguna duda y comparto el sentido político de esta afirmación, no lo tengo tan claro en cuanto a su factibilidad material. Digo esto sabiendo que no es sencillo para los presidentes articular sus complicadas agendas y a veces la superposición temática que se da en estos organismos, sobre todo en materia de cuestiones políticas, cuando digo cuestiones políticas me refiero en sentido amplio a los problemas de educación, salud, medio ambiente, migración, defensa de la democracia y de la libertades, etcétera. Sin embargo creo que hay campos bien definidos entre Mercosur y Unasur desde que en 2004 se tomo la determinación de avanzar en el proceso sudamericano. Financiamiento de la integración (Banco del Sur), libre circulación de las personas (facilitación migratoria), integración energética, defensa del medio ambiente y de nuestros ecosistemas como temas medulares. Nunca hablamos a fondo en Unasur de temas de comercio, sabiendo de que conviven en la región dos concepciones en materia arancelaria y de tratados de libre comercio, como así también en cuanto a políticas de desarrollo y de inclusión de valor agregado a nuestra producción. Algunos países del Pacifico de América prefieren seguir con enfoques más parecidos a los del Conceso de Washington, bajísimos o nulos aranceles y ser principalmente exportadores de materias primas y fuertes importadores de productos elaborados. Ese modelo en grandes países como Argentina trajo secuelas enormes de desocupación, marginación y atraso, poniendo en peligro la propia institucionalidad democrática, basta recordar el año 2001. En síntesis, no veo posible que hablemos de unir ambos procesos de Unasur y Mercosur, si de que marchen en forma complementaria y en muchos aspectos confluyentes. Por lo menos mientras subsistan estas dos concepciones de cómo pararnos frente a los desafíos de este mundo global. Eduardo Sigal

jueves, 2 de agosto de 2012

Con Venezuela, el Mercosur se sigue integrando económica y políticamente

"La llegada de Venezuela al bloque es un paso muy importante en la articulación de intereses y en la complementariedad de la región” sostuvo en el programa Política, Producción y Trabajo (Metro), Eduardo Sigal, ex Subsecretario de .Integración Económica y del Mercosur del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, al comparar que “en un mundo multilateral y en crisis el Mercosur, se sigue integrando económica y políticamente”. Y dijo que así se consolida una región que va desde el Caribe a la Antártida “con una diversidad enorme de climas y una riqueza natural espectacular”. Estamos culminando un proceso que era difícil imaginarse en otros momentos, comentó en el programa “Política, Producción y Trabajo” de Canal Metro, el Presidente de la Fundación Acción Comunitaria, al referirse al largo trámite de incorporación del quinto socio pleno del Mercado Común del Sur, que se inició en el 2006 y que se trabó 2 años más tarde, a partir del 2008, por la férrea oposición del parlamento de Paraguay, el mismo que destituyó al Presidente Fernando Lugo, y cuya conducta fue claramente calificada de golpista por la totalidad de los países asociados al bloque. “Le hemos dado hasta el 2016, y en algunos casos hasta el 2018, a Venezuela para que se adapte a las exigencias del Mercosur. Es que estas cosas no se resuelven por decreto. Hay que ir transformando economías, regimenes arancelarios, de sistemas aduaneros”, sostuvo confiado en que la decisión política de los líderes del Mercosur, sumados a algunos ajustes de carácter técnico “van a consolidar fuertemente a la región a pesar de un mundo en crisis”. En ese contexto Sigal reconoció que “las economías desarrolladas tienden a cerrarse, y trasladan en alguna medida las dificultades a nuestra región”. En contraposición consideró importante que nosotros “avanzando la integración regeneramos un mercado ampliado más importante”, para lo que es importante observar como funcionan las complementariedades, de modo de evitar inconvenientes entre naciones que generan los mismos productos. Volviendo a la relación comercial de Venezuela con sus nuevos socios, el dirigente del Frente Grande consideró que “hoy por hoy el comercio beneficia a todos los países del Mercosur ya que es superavitaria y beneficiosa para sus economías. “Es probable que en esta situación Venezuela pueda colocar parte, sobre todo de sus potencialidades energéticas en la región, que nos van a beneficiar a los mercosurianos, pero también puede equilibrar un poquito la balanza comercial”. Finalmente Eduardo Sigal planteó que después de 20 años, ha llegado el momento de evaluar cambios a los Tratados fundantes del Mercosur, el de Asunción y el de Ouro Preto. Apuntó a perfeccionar los mecanismos de libre circulación y a rejerarquizar otras cuestiones que hacen a la educación, la cultura y al medioambiente, y que hoy están subsumidos dentro de la cuestión económica. “Desde el punto de vista organizacional nosotros hemos dados pasos trascendentes en la creación del parlamento del Mercosur. Un parlamento que si no se modifica este criterio interestatal de la estructura organizativa del Mercosur se ve muy restringido, muy acotado en sus funciones”. Eduardo Sigal concluyó la entrevista diciendo que para avanzar en la integración “hay que hacer un replanteo a fondo” produciendo los ajustes de cambio de época propios del siglo XXI.