martes, 23 de junio de 2015

Dar la Batalla Cultural



La  “culpabilidad” del Estado e “inocencia” de los formadores de precios en materia inflacionaria; la “irresponsabilidad” o “autoritarismo” de los gobiernos populares y la “vocación republicana” de las administraciones formadas por miembroso ejecutivos de las élites económicas. Todas son construcciones teóricas naturalizadas de tal modo que negarles basamento en la realidad, o incluso discutirlas mínimamente,equivale a un pecado imperdonable a los ojos de buena parte de la sociedad argentina.
Se hace necesario entonces dar una “batalla cultural” que no caiga en error de discutirla economía, la política y las problemáticas sociales tal como es vista por los medios de comunicación que cumplen una función hegemónica en esa construcción de esa “realidad”, o por los cuadros más lúcidos de las élites empresariales o sus organizaciones políticas. Son las propias categorías en las que se inscribe la “realidad” según la visión dominante las que deben problematizarse. ¿Por qué el Estado es necesariamente ineficiente? ¿Acaso la gestión del Grupo Macri en el Correo Argentino fue más apropiada? ¿O Repsol dejó una YPF con más recursos y reservas energéticas a los argentinos? ¿O tenía justificativo que un tercio de los aportes previsionales fueran a los bancos?
Dar la “batalla cultural” implica buscar aliados, personas y organizaciones que más allá de su grupo de pertenencia se atrevan a poner en duda la pertinencia de ver las cosas según un prisma que no coincide con las necesidades de las mayorías populares, ni con las de los gobiernos surgidos de esas mayorías. Por eso proponemos la conformación de una red de espacios de debate cultural y político, publicaciones gráficas, sitios de internet y programas radiales y televisivos que se sume a esta batalla por darle a las cosas un sentido acorde con las necesidades del grueso de los argentinos y los sectores que pese a los progresos materiales de los últimos años – presentes con fuerza en este número - aún permanecen marginados del progreso material y simbólico.

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